A muchos lectores y a mí nos encantan las relaciones de la ficción literaria y cinematográfica con lo real, aunque sean tan rebuscadas como involuntarias, pues muchos de los autores y personajes de las más deslumbrantes están muertos. La presenten tiene que ver con Philip K Dick, autor de ¿Sueñan los androides con ovejas mecánicas?, y Ridley Scott por la 1ª versión de Blade Runner (hay hasta 7 según tengo entendido, pero la emitida por TV con motivo del estreno de su secuela en 2018 es sin duda la mejor, como se verá) y el personaje que fabrica replicantes (androides, robot y alguna más son sinónimos conceptuales) por su cuenta y en cuya casa se desarrollan buena parte de las acciones. También tiene que ver lejanamente con el libro de relatos El Centinela de Arthur C Clarke, que contine ¿Quién anda ahí?, relato originario de 2001 Odyssey de Stanley Kubrick y el famoso episodio de HAL, la computadora que toma el control de la nave espacial en la que solo hay 1 astronauta, y origen, creo que todas estas piezas y otras de las que se cumplen 50 años de sus 1ª versiones de los años 60´s del siglo XX, de la llamada inteligencia artificial, subgénero de la ciencia ficción y creo que no solo cultural, pues muchas de las naves espaciales modernas se bautizan con nombres escogidos de los relatos. Fue aproximadamente en 2005, pues cito de memoria, que el divulgador científico Sánchez Ron dió por realizados los vaticinios referidos a la inteligencia artificial en la forma del hoy omnipresente buscador Google, lanzado en 2003, que es sin duda el ingenio artificial que cambió nuestras vidas, de forma que hoy no podemos concebir nuestra existencia sin la suya. Aunque conozco refractarios a la informática incapaces de manejar 1 ratón, que creo yo que sería el otro elemento decisivo en el aspecto físico, al munos puedo asegurar que me vieron manejarme y manejarlos cuando hago consultas y gestiones administrativas, bancarias, búsqueda de recetas como la del jabón casero y no solo de cocina, y de salud entre otras, pues hoy se dice que los médicos miran más el plasma de su ordenador que la cara de los pacientes, y no se me ocurre mayor demostración de la evidencia. 1 comportamiento en informática es la combinación de 1 evento con la acción que lo desencadena. Los eventos son mensajes generados por los ordenadores que indican al usuario que hizo algo. Las acciones (que continen código JavaScript y otros, pues en estro también hay modas, pruebas, lanzamientos, etc) ya definido (se parece lejanamente a los célebres algoritmos matemáticos inventados en el año 1000) que genera o realiza la acción específica. Cuando se adjunta 1 comportamiento a 1 elemento de la página web, cada vez que se produce ese evento, por ejemplo que el cursor del ratón pase por encima del enlace, el navegador llama o ejecuta la acción asociada, y 1 vez más predefinida. Recibí mi 1ª curso de programación ortodoxa (soy usuario desde 1988 y aficionado y autodidacta a algo lejanamente parecido desde 2001, aunque mis críticos que me lo comentan me caricaturizan como del siglo pasao, en lo que no les falta parte de razón, pues trabajando como periodista ya me facilitaban documentación impresa recogida de Internet, y son esos modelos reconocibles por los cambios de tipografía, tamaños, colores y otros en el mismo documento los que todavía hoy me inspiran) y es este concepto o idea de comportamiento junto con el de clase, que sería propiamente el código que hace moverse a estas máquinas por su cuenta (prueben a ver las carpetas bin y los archivos de extensión .dll) los que más se me resistían. Creo que es o son la clave de que haya máquinas o ingenios que actúan por su cuenta con mucha más seguridad, concepto altamente discutible, pero no rapidez en la ejecución de sus acciones, que los humanos a los que suplantan en las ficciones literarias y cinematográficas. Entre las críticas literarias más recurrentes siempre las que comparan lo real presente con las grandes piezas de la ciencia ficción en sus cumpleaños. Pasó con 1984, escrita por Orwell en 1949, actualizada por el big brother, gran hermano de las TV que todo lo ve. Todavía fresco el recuerdo de 2001 odisea en el espacio, al principio guión de Arthur C. Clarke para la película de Stanley Kubrick del mismo título, ambas de 1968 ó el Martillo de dios de 1997, parecida a la trama que se esconde tras las películas Deep impact y Armageddon, ambas de 1998, pero sinel rollo peliculero la novela del genio del género. Siempre hay películas y series de TV internacionales por volver descubrir, puesla ciencia ficción es género de éxito en otros estados principales en la industria cultural de la que vemos rescoldos, algo es algo. Muchos más de 200.000.000 usuarios únicos y creciendo, que gestionamos más de 65.000.000 micromensajes de 140 tipos al día y hacemos 800.000 búsquedas, entendimos al fin que el timeline de Twitter era realmente el wallpaper de la trilogía Matrix de Wachowski brothers desde 1999, solo que Twitter fue creao en marzo 2006 y lanzao en junio del mismo año, otra de esas veces en las que el futuro parece que se esfuerza por avisarnos de lo que va a venir en los escritos y las películas que se le dedican. Más extraño el éxito fulminante de Blade Runner, obra maestra de Ridley Scott en 1982, inspirada en ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? que relanzó, escrita por Dick en 1968, ambientada en 1991 a la que sepultó con otra trama nueva, con sus propias referencias. Más o menos se les puede ir concediendo, como a Nostradamus que las fechas pueden bailar pero los hechos prevalecen, aunque sólo sea por haberlos verbalizao, algo ya de por sí meritorio para la maltratada literatura. A veces la coincidencia es inquietante, como cuando ví en la barra de otro bar con 1 atractiva joven solitaria que portaba en su vistosa mochila 1 mascota parecida a 1 gineta, Genetta genetta, aunque más pequeña y de color gris ceniza pero ni perro ni gato. También ví mascotas Iguana iguana y se tomaron ciertas confianzas en el trato conmigo, sólo como mal menor, algunas Lepus capensis, desconfiadas liebres, aunque menos tontas de lo que se creen los ciegos avaros que ni siquiera leyeron a Miguel Delibes.
- Si tenéis 1 mensaje, usad Western Union, dijo el productor de Hollywood Sam Goldwyn, socio de la Metro y Mayer en la celebérrima MGM, a sus guionistas, y hasta Arthur C. Clarke, de quien tomo la cita, reconoce que el 1º deber de la ficción, o de las películas y seriales si quieren seguir sin leer, es entretener, no instruir y aún menos hacer propaganda. El 1º mensaje viajero en el espacio situado más allá de la atmósfera del planeta Tierra, el célebre: - BIP BIP de la nave Sputnik lanzada por la antigua URSS, actual Rusia al espacio, se produjo el ya lejano #4o 1957, anoten esa fecha porque todavía hay gente que se cree y se comporta como si esa parafernalia fueran superproducciones del propio Hollywood, ahí siguen cuando se sabe que productoras españolas de medio pelo han comprao los fondos de la productora visionaria para emitirlos por los canales TV que les cierran los jueces por haberlos obtenido sin el pertinente concurso público, como el dinero que paga esa basura maloliente que llaman entretenimiento. Desde mi siempre humilde punto de vista, a la economía de medios con que me manerjo me remito, hay otra frontera de la mensajería, pues a mí al menos el tal Mayer me cae realmente mal desde que en 1931 hundió la carrera política del escritor Upton Sinclair aunque no su mensaje, como explicaré, pero en lo que sería el umbral o frontera del tiempo en el sentido del futuro hacia el pasao, pues desde el pasao conocido, también llamao histórico, hacia el presente y esperemos que el futuro, es lo normal, pero de creerme 1 bicho raro que ve patrañas, cosas que solo veo yo y nadie más, puedo asegurar que ya hay más individuos que creen en los mensajes viajeros en el tiempo y además tenemos 1 localización o rastro, que advierto ya no aparece en esta grabación pero sí en otras, que además estamos intentando proteger, pues cuando pase 1 poco de tiempo se confundirá con el de la novela o relato de ficción que lo ha puesto al descubierto, de forma que parecerá salido de la propia ficción, pero por el momento unos cuantos sabemos que estaba ahí de antes, que es lo que realmente se busca en las #iRedes, algo que no debería estar ahí, como 1 rastro que hubiera dejao algo que pasó algo que pasó después. La ilustración es 1 simulación, pues según la composición de lugar que me hago, el grupo o individuo que hay tras la etiqueta o tag principal estarían actualizando sus creaciones y yo tengo la prueba gráfica de 1 de las que han caído, que son en general las que publico, pues además de que esas no tienen remedio, demuestra que los emisores de estos mensajes con los que no mantengo otra relación más allá de la puramente visual, ellos editan o escriben y yo también, están plenamente en activo. Ya hay tecnologías del habla para comunicarnos, pues que hablan entre ellas está por descontado. Coincide mi intento particular con estos lenguajes binarios con el 50 cumpleaños, la célebra máquina bautizada como el Centinela con semblanzas de Stanley Kubrick y Arthur C Clarke, de las que las más destacadas son las de la revista literaria The New Yorker, que espero hacerme con ellas, pues solo me interesan algunos detalles de la Inteligencia Artificial y la computación, mientras me voy haciendo con ellas, para lo que necesito la inestimable ayuda de correctores ortográficos y el buscador, las cuelgo en bruto: Con las máquinas, incluidos los ingenios informáticos bautizados como plugin, witget, brujas, demonios o aplicaciones en general, pasa algo parecido a las tecnologías punta: aunque conocemos sus códigos de aviso y tenemos aparatos que no pueden cometer errores, algo que en ocasiones es su argumento, no hemos conseguido conversar con ellos, algo parecido a interacciones en las redes sociales, donde también se confunden los lenguajes de programación con lo que es código, como el que regula el tráfico, con el argumento de que #internautas somos todos y hemos heredeao los atributos específico de los programadores, de lo que hasta no hace mucho eran sinónimos. Con más trabas y cortapisas qe las que ponemos a otros cualquiera que puede, Hedy Lamarr creó el sistema precursor del wifi, Ada Lovelace fue de las 1ª programadoras, Ángela Ruiz inventó el ebook; y del último genio Julian Assange al que incluso cerraron el pico con las mismas acusaciones sin pruebas que a Russia, como antes Corea del Norte, Venezuela o China,, se deduce que el demonio o el azogue, cualquiera que sea, les pasa tan poco desapercibido hasta el punto que han descubierto qué son las interacciones, o como mínimo se demuestra que preocupan las conversaciones ajenas, hasta de los presos y encerraos hasta el punto de poner en riesgo las relaciones entre estados. La reanudación de los cursillos del #paro 1 vez que se descubrió que las faltas de asistencia, entregas de trabajos y títulos falsos hay que buscarla en las universidades públicas, reavivó el fenómeno de los tonto el haba que recorren los vídeos que no ve nadie poniendo comentarios ofensivos, o que desmienten contenidos y etiquetas puestas con criterio, como si fueran lo que ahora llaman fake news y ellos votantes de derechas y aspirantes a lameculos de lo que creen el Sol que más calienta de 1 día para otro. Pero no se preocupen y sigan atentamente marcando y desmarcando opciones de lo que llaman programación o servidores mientras diseñan finamente páginas de error como las de las antiguas cajas de ahorro y las propias universidades en las que derrochan préstamos de los propios estafadores. Conozco a alguien que predice el fin de la energía porque al producirla, que otros lo llaman ordenarla, se gasta más de lo que se produce, ya se sabe que cuesta más producir 1 watio de electricidad que gastarlo. Y si se quema, se gasta, se va perdiendo el final está claro: Cánticos de la lejana Tierra de Clarke, 1986 que como estoy de mudanza, otra #STOPdesahucios que estreno antes de colgar el se vende porque con las #STOPdesahucios se va perdiendo pero menos, igual que tarde o temprano tendrán que mudarse de planeta los que nos seguirán, al menos el consuelo de que va para largo eso de tener que pirárselas del planeta por haber agotado la energía en producirla u ordenarla para quemarla, se disculpa de paso cansino por el peso de tanto libro de oposiciones fracasás la falta de bibliografía por la mudanza, pero donde sigue se trata de El mundo es uno, esta vez un reportaje del sin embargo novelista de ciencia ficción Clarke, 1992 desde la instalación del telégrafo a través del Océano Atlántico desde 1858 hasta los satélites geoestacionarios que descubrió el propio Clarke al final de su participación como telegrafista en la segunda guerra mundial, lo cuenta en "Cómo perdí 1.000.000.000 $" que pudieron empezar a ponerse en órbita en los años 60´s del siglo XX. La órbita geoestacionaria, en su momento tan difícil de calcular como el índice de masa corporal 18 % en edades en pleno crecimiento es la que ancla por efecto de la gravedad del planeta los satélites en órbita en el punto equidistante de forma que acompañan por encima el giro del territorio en el que interesa tenerlos, simplemente se sacan de la atmósfera con un cohete potente y luego se situan en la órbita que se precisan tener, a 42.000 kilómetros por encima de las cabezas de las y los espectadores informaos al instante de cuanto interesa a los putos amos del momento. La propia palabra geoestacionario lo dice, aparcamiento en la Tierra, pero por encima que ahí también exiliábamos a algunos presentadores socráticos, actores protagonistas, actrices no, a ninguna y deportistas de selección con poca o ninguna garra en la competición de una buena patada en el trasero, buena de verdad tenías que ser, lástima que también sea un espacio saturado como los temas franquistas en las televisiones, que de un tiempo a esta parte es más difícil conseguir que no se choquen o se dañen con los tornillos sueltos los geoestacionados que ponerlos en la órbita descubierta por Clarke en 1945 para lo que llamó "Relés extraterrestres". Lean a Clarke, es un genio como pocos, si no fuera tan rematadamente bueno ya le habrían dado más premios que el ayuntamiento de Madrid al Samur.